Translate

divendres, 5 de juliol del 2013

NUNCA SEREMOS PERFECTOS

Capítulo 8- Melanie- No temo mi pasado


Bien. Sociales ya ha terminado y todos somos libres. Abandono mi sitio al lado de Diego, el cual se alegra por haberlo hecho, y me acerco a Amanda. Maia se acerca a nosotras.
-          Melanie… yo de ti…- susurra Maia, mirando hacia todos lados para asegurarse de que nadie escucha.
-          Sí, lo sé Maia, me alejaré de ellos hasta que quede todo olvidado. No te preocupes, no me van a hacer nada, si casi nunca van al instituto- le respondo, con el mismo tono de voz pero sin esa preocupación tan extrema.
-          Vale. Si quieres te acompañamos hoy hasta tu casa. Más o menos nos pilla de paso, sólo tenemos que desviarnos un poco de nuestro camino habitual.
-          No hace falta, Maia, estoy bien. Estás haciendo una montaña de un grano de arena.
-          Tu sí que vas a ser un grano de arena como no vayas con cuidado-interviene Amanda- ¿Y todo eso pasó mientras yo estaba en el lavabo? Pues menos mal que estaba allí Maia, si hubiese ido yo el tío ese no se va de ahí sin un ojo morado.
-          Pues sí, menos mal que tu no estuviste allí, Amanda, porque no hubieses mejorado la situación-resopla Maia.
-          Sois una exageradas- río yo-, no creo que Axel fuese capaz de hacer tanto daño a alguien.
-          ¿Estas segura de que estamos hablando del mismo Axel, Melanie?- pregunta con ironía Amanda- Creo que no lo conoces muy bien- añade con una sonrisa.
Se sorprenderían de lo bien que lo conozco, o lo conocía. Éramos mejores amigos en el colegio. Prácticamente… éramos inseparables. Hasta que se empezó a ajuntar con Paula. A mí no me caía nada bien y nos empezamos a separar. Y después de aquella pelea… supe que nada iba a volver a ser igual. Pero de aquello, a lo que yo pensaba que iba a pasar, a esto, a lo que ha pasado, hay mucha diferencia.
-          Bueno, vamos saliendo de clase, ¿no?- sugiero, al ver que nos hemos quedado solos en la clase, con la única compañía del profesor, que nos ignora.
Ellas están de acuerdo y salimos. Amanda y Maia siguen discutiendo el tema de Axel. Yo ya no las escucho. Sí que estoy pensando en Axel, pero no en su ira destructiva. Y tampoco es la única persona que tengo en mente. También hay otra… No. Tengo que olvidarle. No puedo seguir pensando en él, porque él ya no piensa en mí y este sería un juego tedioso que nunca acabaría. Espero que el tema de Axel me ayude a olvidarme de él. Porque ahora quiero saber el porqué, el porqué de su comportamiento. Que fue lo que pasó para que cambiara de esa forma. Me preocupa. Ahora que lo he visto tan… agresivo, me preocupa. Y no puedo evitar sentirme un poco responsable de ello. Yo fui la que inició aquella discusión. Sí, el me dio muchos, demasiados quizá, motivos para hacerlo. Pero aun así fui yo quien empezó. No puedo quedarme tranquila sabiendo que tal vez ese cambio se haya producido por mi culpa.
-          ¿Melanie?- la voz de Maia me despierta de mi ensimismamiento- Estás un poco rara, eh. Hemos decidido acompañarte hasta tu casa, así no correrás ningún riesgo si, por si acaso, nos están siguiendo.
-          Estáis exagerando un montón. No nos están siguiendo- abro los brazo para señalar el espacio que nos rodea- Ese tipo de gente tiene cosas mejores que hacer, como meterse un quilo de coca en la sangre. No desperdiciarían el tiempo con alguien como yo.
-          Melanie, me sorprende que no conozcas como son ese tipo de personas. Esos, con tal de pegar, se inventan cualquier excusa.
-          Sí que lo conozco, pero no sé, no creo que sea para tanto.
La verdad es que no creo que Axel sea capaz de pegar como ha pegado a Bel a una examiga como yo. No lo creo ni lo quiero creer. Caminamos rápido, al menos yo. Quiero llegar ya a mi casa. Este día no es que haya sido el mejor de toda mi vida.
 Al fin, llegamos al punto donde todas nos separamos.
-          Bueno, yo me voy por aquí- anuncio, y me giro lo más rápido que puedo.
-          Te acompañamos- repite Maia.
-          No hace falta, chicas, en serio. Mira, hacemos una cosa. Hoy me voy yo sola y si veo que me siguen hecho a correr, os lo digo por WhatsApp y mañana me acompañáis a mi casa.
Maia no parece muy convencida, pero Amanda sí. Y cuando Amanda se propone convencer a Maia, lo consigue, a veces hasta con demasiada facilidad.
-          Melanie tiene razón, Maia. Mejor esperemos y vemos que pasa. Sólo hay cinco calles de aquí a casa de Melanie.
-          No sé…
-          Venga vamos Maia, Melanie sabe lo que hace- Amanda la coge del brazo.
-          De acuerdo…- aunque no parece muy convencida.
Se van alejando las dos, cada una hacia su propio camino. Maia mira hacia atrás todo el rato. Y yo sigo andando. Ni una sola calle. No he caminado ni la primera calle y ya me encuentro con alguien. No sé si será peor o mejor que un encuentro con Axel, pero seguro que puede ser igual de catastrófico.
-          ¡Melanie, Melanie! ¡Espera!- grita Alex, corriendo hasta mí. Ha aparecido de la esquina de este edificio, como si me estuviese esperando.
No digo nada, sigo caminando, mirándolo con incredulidad.
-          Mira, no sé qué quieres pero…
-          Deja que te acompañe a casa- pide jadeando por el cansancio.
-          ¿Qué? ¿Yo no te era indiferente? Pues aclárate y déjame en paz.
-          Pero… Un momento, déjame explicarte. –Se apoya en las rodillas.
-          No, Alex. Déjame y para de mentir, es mejor para todos.
-          Pero…
-          Adiós.
-          ¡No, Melanie! ¡No vayas por ahí!
Y echo a correr. No miro hacia atrás e ignoro los pasos de Alex a mis espaldas. Hasta que dejo de escucharlos. ¡Será cara dura! Me desprecia y después quiere explicarme cosas. Yo ya escuché sus penas y mira como me lo ha pagado. Pues ya no hay vuelta atrás, no voy ser la típica chica fácil que se deja engañar dos veces. No. Esto se acabó.
Camino rápido. Aunque ya no escuche los pases de Alex sigo caminando rápido y sin pensar en nada. Simplemente camino y hago el mismo recorrido que todos los días. Pero… tal vez tendría que haber pensado mejor…
-          ¿Dónde vas, zorra?- Una voz femenina extremadamente familiar hace que me detenga en seco.
Paula.
-          ¿Creías que podías pegar a mi amigo y salir ilesa de ello?

La veo salir del portal de un piso. Doy un paso atrás, pero cuando veo salir a Axel detrás de ella, sé que está todo perdido.

1 comentari: