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TEXTOS

EN BRAZOS DE LA MUERTE

Me dijeron que vería una luz. Que esa luz me cegaría y me envolvería. Que me haría feliz eternamente, que permanecería en un estado de satisfacción para siempre. Con mi mente y mi cuerpo, me sentiría a gusto. Me lo prometieron. Durante toda mi vida anterior, mi única vida, me hicieron creer en esa luz. Me acompañaron hacia la muerte de la mano, meciéndome como a un niño pequeño. Me susurraron al oído que aquello era sólo el camino, un estado de transición y que tan sólo nos encontrábamos en una sala de espera, donde la meta, la llegada, era algo tan maravilloso como inimaginable. Sin embargo, ahora sólo veo oscuridad. Y silencio. Y siento miedo. Sin embargo, ahora estoy solo. Sin las voces de mis seres queridos apoyándome y diciéndome que todo se puede, que siga adelante. Aquí, en la oscuridad, en la soledad, en el silencio absoluto, quiero que todo acabe. O que vuelva a empezar. Pero pasan los segundos, y nada cambia. Miedo y tristeza, o tal vez melancolía. O rabia. No lo sé. Pero no me puedo mover. Y me duele todo y nada me duele, porque ya no soy nada, ya no tengo nada. Hace mucho tiempo me dijeron que vería una luz. Que me embargaría. Que sólo entonces seria feliz. Que era la meta lo verdaderamente bueno. Pero ahora me doy cuenta de que lo sobrevaloraron. Y me lo creí. Ahora sé que la mejor parte no es la llegada, sino el camino. El camino que he recorrido hasta llegar aquí. Todo lo que he conocido. Todo lo que he vivido. Porque aquí, en brazos de la muerte, donde sólo los recuerdos existen, eso es lo que marca la diferencia entre la nada y el todo. 

EL FONDO DEL ABISMO

A veces me pierdo. Me empujo a mi mismo hacia el fondo del abismo.Con mis complejos, mis dudas, mis miedos… Esos que nadie ve, que  nadie toma en cuenta. Pero ahí estan. Y en cada mirada de desprecio de la gente, mi pozo se hace más hondo, y yo sigo cayendo, sin saber a donde agarrarme para que todo pare. Pero siguen. Piensan que estoy bien, que mi sonrisa es verdadera, que nada me importa, que soy inmune a sus críticas “cariñosas”. Pero no lo soy. Y me hunden. Me hundo yo por dejar que ellos lo consigan. Y ahí sigo cayendo, hacia el fondo de ese pozo infinito. Viendo mi miedos. Mis complejos. Mis dudas. Y dándole la espalda a la felicidad.

SI LA VIDA FUESE

Si la vida fuese justa, no excluiría el color oscuro. Si la vida fuese sencilla, no nos prepararían desde los 3 años para un futuro que tal vez ni llegue. Si la vida fuese amable, no alzaría al mentiroso y no dejaría caer al bondadoso. Si la vida fuese feliz, no nos quitaría lo que más amamos en cuestión de segundos. Si la vida fuese humilde, no obligaría a escoger los pasos a dar por un futuro exitoso en lo económico. Si la vida fuese altruista, no trabajaríamos a cambio de dinero. Si la vida fuese amor, no me hubiese dejado enamorarme de ti sabiendo que jamás te podría tener. La vida no tiene sinónimos, y carece de adjetivos. La vida simplemente es vida.

BESOS DE TODO TIPO MENOS DE AMOR

A veces pienso que te beso en los labios. Pero no es así, beso tus mentiras. Beso mi propia autodestrucción, beso la muerte de mi propio corazón. A veces imagino cómo sería besarte de verdad, a ti, a la persona que escondes dentro y que grita por salir. Cómo de fuerte latiría mi corazón si esa persona saliera de tu interior y posara sus labios en los míos. Si eso pasara, si nos besáramos con sincerad, creo que no te podría dejar marchar jamás. Creo que no podría respirar sin tus besos, creo que te abrazaría y no te soltaría nunca. Pero besarte así no es besar. Tus labios tiemblan, de miedo, y los míos guardan esa esperanza de que el beso verdadero aparezca alguna vez. Te beso con intensidad, te apretó fuerte para encontrarte. A ti. A ti. Pero no despiertas. Ni conmigo. Y pierdo la paciencia, con la esperanza de la mano. Tus besos saben a sal, igual que los míos. Porque lloramos, yo por no encontrarte y tú por no poder dejarte encontrar. Pero sé que estás ahí, ahí. Déjalo todo, y sé tú. Porque si me besaras con sinceridad no podría dejarte. No podría. Pero a cada beso, cada lágrima, me alejo, me alejas. Quiero estar contigo, pero tú no estás conmigo. Déjalo todo, deja la nada que has estado cuidando durante años por este pedacito de verdad. Déjalo, porque te pierdo, porque te pierdes.


SÉ DE MI AMOR PERO NO SÉ DE TI

Dime si eres como yo te pienso. Dime si esto que estoy sintiendo por ti es verdad, que de verdad eres así. Dime que en el fondo eres una persona sensible, inteligente y cariñosa. Dime que no me engaño a mí misma. Porque si esos ojos castaños no son ternura no sé el significado de tal palabra. Porque si esos labios no me piden a gritos que los bese no sé qué voy a hacer yo. Sé que toda esa imagen que te das es sólo un farol, una manera de sobrevivir en esta ciudad llena de hipócritas. Más que saber, creo. Así que dímelo, dime que no te importa nada más que yo. Que ignorarías todas las burlas por mí. Que por un beso mío darías la vida, porque es lo que yo daría por uno tuyo. Dime que me quieres por encima de lo que pueda opinar el resto. Dime que tú no eres como el resto. Sé que no lo eres…

¿SENTIR?
A veces siento. Siento y sigo sintiendo. Siento que tus ojos me miran, que tu corazón me piensa. Y yo pienso que me sientes, pero en realidad no me sientes, lo crea mi mente. Crea un sentimiento hacia mí que tú no sientes pero yo sí hacia ti. Me enamoro de una persona que no siente, que no sabe sentir, y aunque sintiese, nunca me sentiría a mí.

PARA AMAR, SER


No soy yo cuando tu estas. Y no quiero estar a tu lado como una persona más. No porque no quiera tu compañía, no porque no te quiera. Justo al contrario, porque te amo tanto que temo que alguno de mis actos cause tu desamor. Y me duele cuando me miras con ese odio, cuando en tu cara se muestra un mensaje demasiado claro, “sobras”. Porque me confundes. Me confunde tu mirada tímida por el rabillo del ojo y tu cara de desprecio una hora después. Me confundes, juegas conmigo y no puedo ser. No puedo ser y me duele. Me duele tu odio, tu dulzura. Pero no soy. Y si no soy, no puedo amar.


ELLA ESTÁ ALLÍ Y YO ESCONDIDA

Y no sé porque no puedo dejar de pensar en ti. No sé por qué evito los ojos que me miran y busco los tuyos, distraídos y perdidos en otra espalda. No sé por qué escribo esto si yo sé que la quieres a ella y que mis ojos sólo se interponen en vuestras miradas. Y sé que tus ojos castaños ya tienen otro nombre, otro dueño. Y sé que ese cabello negro ya tiene otras caricias. Y sé que ese corazón ya tiene otras palabras susurradas. Pero aun así no quiero pensar que está todo perdido, que ya no hay nada que ganarse. Porque tú ya tienes ganados mis latidos, mis sueños, mis pensamientos y mis lágrimas. Y con que tengas eso de mí me basta. Porque me das la felicidad y la ilusión de cada mañana, me das tu alegría sin saberlo. Y estoy feliz con este amor, que a pesar de vivir sin ti, vive.

SIÉNTEME, SIÉNTETE

No me mires, siénteme. Cierra los ojos y nota mi presencia delante de ti. Nota mi respiración sobre tu mejilla. Y mi piel contra la tuya. Y mis labios sobre los tuyos. Pero no me mires. Siénteme. Siéntete. Siente como tu pulso se acelera, y va al mismo ritmo que el mío. Vive el sonrojo de tus mejillas y la respiración exaltada ante lo que vendrá después. Nota el temblor de tus manos buscando las mías en un acto de desesperación. Siente tus labios sobre los míos, como se mueven al son de la música muda que recorre por nuestras venas. Pero aun así no me mires. Porque no quiero que me mires, quiero que me sientas. Porque yo quiero sentirte a ti. A ti. A ese yo tuyo escondido. El que quiero de verdad. Pero no me mires, porque sólo así me enamorarás más. Y quiero enamorarme de ti todos los días, quererte cada segundo más que el anterior.  Y estas palabras son sólo para convencerme a mí misma. Porque yo sólo quiero amarte a ti. A ti.

LOS QUE POR NO GRITAR ACABAN LLENOS DE GRITOS

Me levanto cada mañana pensando en este mundo, en la injusticia que arrastra, en la superficialidad, en el materialismo, que es todo el mismo lugar. Me despierto con una lagaña de esperanza. Que me limpio y abandono cuando me doy cuenta de que no va a servir de nada, sólo para empeorarlo todo, para ayudar a destruirlos.  Me levanto y el frio que siento no es frio, es la decepción que hace reaccionar a mi cuerpo, el que le dice “basta, ya está, no hay nada que hacer”. Y ese es el principio, que acompaña al final y que te introduce a la realidad. Y es que en este mundo, en esta sociedad no hay justicia, no hay relación entre el “merecer” y el “tener”. Porque aquí está todo patas arriba, y sufren los más débiles y se autodestruyen los más fuertes. La gente piensa que ser perfecto es ser feliz. E intentan alcanzar esa perfección para llegar hasta la felicidad. Lo que no saben es que con ello se autodestruyen a ellos mismos. Y a los que están a su alrededor. No saben que la felicidad no es perfección, ni que la perfección no es felicidad. No saben que contra más perfecto más infeliz eres, porque no eres tú. Y acaban no siendo ellos. Tan sólo por la opinión de los demás. Tan sólo porque creen que la perfección es la mayor meta que alcanzar. Pero la perfección se alcanza cuando eres tú mismo, cuando estás bien siendo quien eres, cuando te sientes perfecto en tu imperfección.

CANSADA DE NO SER

Estoy cansada de bajar siempre la cabeza cuando veo a alguien que no quiero ver. Como un perro adiestrado, al cual la sola presencia hace que obedezca sus mudas órdenes. Estoy cansada de ser siempre la buena, la que no se enfada, la que deja.  Estoy muy cansada de callarme las palabras de mi corazón, los sentimientos que quieren gritar hasta morir con ello. Estoy cansada de todo, de no ser como soy, de que mi mente esté llena de posibles y mi realidad no tenga más que decepciones. Estoy cansada de no vivir. Porque quiero opinar, decir, decidir, gritar. Quiero que los cuatro vientos se paren a escuchar algo que no tengan que decir. Porque necesito ser y estar aquí, justo aquí, sintiéndome cómoda, sintiéndome feliz aunque no sea perfecta, sintiéndome viva.


NO SABER

Hay persones que piensan que “no saber” es no conseguir encontrar el resultado de una ecuación, la raíz cuadrada de un número. “No saber” tiene tantos significados que es una acusación inconcreta. Porque sabemos que podemos ver el sol si levantamos la cabeza, que el suelo está bajo nuestros pies, que nunca podemos llegar al horizonte... Pero hay algo más profundo en la definición de “no saber” que nadie ve, o no le da importancia. Porque es demasiado grande esa incerteza, porque creemos que sabemos cuando en realidad no es así. No sabemos quiénes somos. No sabemos cómo es nuestro yo verdadero. No sabemos quiénes somos porque no somos nosotros para el resto del universo. Nos regimos a partir de unas pautas invisibles, pero que existen, y son muy diferentes a como a nosotros nos gustaría. Lo hacemos para no hacer el ridículo, para ser popular, para parecer simpático, para cualquier otra cosa. Lo importante es que lo hacemos aunque no queramos. Ese es el “no saber” que a mí me importa, el que me preocupa. Porque no sabemos quiénes somos, y eso nos destruye por dentro, y acabamos con una lagrima en la mejilla y con el grito en la garganta pidiendo un simple “queremos ser”.


INCLUSO LAS COSAS QUE NO LATEN PUEDEN HACERTE LATIR


Es ahí cuando te das cuenta de que estas vivo. Cuando encuentras esa cosa que hacer para toda la vida, sabes que eres humano. Cuando sueñas con tu sueño, cuando desearías que se parara el tiempo por un instante y seguir haciendo lo que haces durante mil años, es cuando puedes decir: sí, estoy aquí. Porque encontrar tu propio mundo puede ser tu tubo de escape, tu salvavidas, tu mejor amigo, tu todo. Porque cuando estés sólo seguirás acompañado. Es algo, no humano, no vivo, que te hace sentir humano, vivo. Cuando encuentras tu nota, tu letra, sabes que puedes seguir confiando en ella. Puede que no se entienda mucho el significado de estas palabras, o puede que lo signifiquen todo. Significan lo que tú quieras que signifiquen. Porque al fin y al cabo todo es eso, lo que nosotros queramos que sea.

PORQUE SIEMPRE QUEDA ALGO, AUNQUE NO SEAS TÚ

Noto cómo te escapas de mis manos. Cómo el olvido arrastra los kilómetros que nos separan. Y cuando son centímetros también lo hace… Cómo esas palabras que dijiste tras la seguridad de una espalda conocida me hicieron tanto daño… Y ahora los recuerdos me aplastan y el tiempo me apuñala. Pero es una herida abierta desde hace tiempo. Pertenece a mi cuerpo, a mí ser. Esa clase de herida que perdura para siempre y que te acompaña allá donde vayas.
Y también noto la ironía del recuerdo de aquellas sonrisas y enfados cariñosos que me sacabas. Las horas compartidas jugando en el parque. Noto cómo tu cabeza me desprecia y cómo tus demonios la aplauden. Pero también noto… escucho los llantos de esa persona pequeña que no soporta esas palabras sobre su espalda. Que se convence a sí misma que eso no es así. Y noto como la esperanza llena mi cuerpo. Como una sonrisa de satisfacción se planta en mi cara y ya no me importas ni tú ni el resto. Porque sé que hay alguien, allí, a tu lado, que se niega a esa falsa realidad, que se ciñe a sus ideas. Y ya no lo noto, lo sé, sé que existe alguien de verdad allí, y que merece la pena luchar durante décadas por él.

ESTÁ EN NOSOTROS

A veces pienso si he tomado el camino correcto. Si lo que estoy haciendo ahora mismo es lo que de verdad siento. Si lo que hice ayer y lo que no hice el mes pasado ha dado como resultado mis sueños o mis pesadillas. Pienso en mi felicidad, en todos esos momentos únicos que me trae no equivocarme, esa sensación de satisfacción que me embarga cuando sé que voy bien. En lo decidida que voy después de equivocarme, convencida de que la próxima vez lo haré mejor. Pero entonces… ¿qué es la felicidad? Si lo correcto me trae cosas buenas y lo malo también… ¿qué es? ¿Qué es esa sensación que hace que saque una sonrisa y ría? ¿Eso que hace moverme deprisa y me ponga nerviosa? ¿Qué debo hacer para conseguir esa sensación si tantas cosas distintas me la traen? Nada. No puedo ni debo hacer nada. Me doy cuenta de eso cuando la inseguridad me alcanza porque ya no sé qué hacer, cuando la busco con tanta ansia. Me doy cuenta de que no puedo buscarla, porque no puedes encontrar nada cuando no sabes ni de donde proviene. Porque la felicidad es algo que se encuentra sin buscar. Es el mayor logro que se consigue sin hacer nada en concreto. Es eso que tan sólo viviendo la vida siendo tú mismo puedes conseguir. Es un sentimiento que no vive en lo material, que sólo tenemos que mirar en nuestro interior. Es algo que, simplemente, forma parte de nuestra naturaleza. Sólo tenemos que dejarnos llevar para que ella nos encuentre a nosotros.


CAMBIAR DE RUMBO

No sé cómo explicar esto para que alguien lo entienda. Ni siquiera sé del todo si es cierto, pero es lo que siento y es suficiente para sentir que mi esperanza va cayendo. Siento… Sé, que todo lo importante que he querido que suceda en mi vida, que he querido hacer o intentar, ha dado lugar a un “No” rotundo desde el principio. A veces, en ese comienzo había una duda, un atisbo de esperanza, pero todo acaba igual, con un “No” igual de claro, de doloroso, o incluso más que normalmente. Tengo la sensación de que casi todo lo que me ha hecho ilusión en esta vida se han convertido en “No”s que, poco a poco, han hecho que mi esperanza se hiciera añicos y se esparciera por todas partes, con el fin de conseguir que nunca consiga reunir todos los fragmentos. Quiero cambiar. Quiero que mi suerte tome otro rumbo. Quiero otra vida donde las cosas sean más fáciles de conseguir; donde los sueños se hagan realidad; donde no necesite imaginar un futuro brillante, porque ya lo sea mi presente. 



TAN SÓLO UNA VEZ, TAN SÓLO LA ESPERANZA


Y entonces, nuestro amor quedó en una promesa. En una promesa que ambos pensamos que cumpliríamos de inmediato. Pero nuestros hombros se rozaron, nuestras miradas se cruzaron y nuestro corazón latía en la presencia del otro. A pesar de todo, nuestras palabras se quedaron ahí, encerradas bajo los sentimientos que impedían que salieran. Ellas gritaron nuestro amor a los cuatro vientos, pero nosotros impedíamos el encuentro de nuestras voces. Nuestras palabras habían cobrado vida dentro de nosotros y luchaban por encontrarse. Pero nuestros sentimientos eran fuertes y nuestro coraje débil. La inseguridad nos invadió y se apoderó de nosotros. Y todo quedó en eso. En una promesa que ambos pensamos que cumpliríamos de inmediato. Pero los sentimientos consiguieron acallar nuestras palabras en esa última esperanza; y todo acabó allí, en una mirada tras otra, en el deseo de poder tocarnos al fin, de poder dar ese paso y dejar que nuestros labios se encontrasen tan sólo por una vez… 


MIENTEME SI HACE FALTA, PERO DÍMELO


Dime que el destino no está escrito sobre un papel con una tinta eterna. Dime que todo se puede arreglar, que el tiempo lo cura todo. Prométeme que el amor no es efímero y que jamás muere, por muchas heridas que le hagas, que siempre queda intacto. Júrame que los finales felices existen en la vida real. Por favor, hazlo. Hazme creer de nuevo en la felicidad inmortal, en la vida junto a esa persona amada… Porque es lo único que necesito escuchar en este momento. Aunque no lo creas de verdad, por favor, dilo. Miénteme, juega con mis sentimientos hasta volverlos completamente diferentes, diviértete con mis lágrimas; cualquier tortura es mejor que este dolor agotador. Háblame, dime cuanto me odias y hasta qué punto me has olvidado. Haz lo que quieras, pero no te vayas. No pierdas la esperanza de volver a amarnos, porque cuanto más lo haces, más te quiero, más espero ese beso escondido en tu interior; más te echo de menos, más te necesito. 


ES DE VERDAD


Mañana mírame a los ojos y dime lo que ves. Mañana sostenme la mirada y averigua la verdad. Tan sólo te pido eso. Que me mires a los ojos a pesar de que yo aparte la mirada. Tú mírame. Mírame. Y dime lo que sientes, dime cómo te sientes. Entonces yo volveré la vista hacia ti. Mi corazón no podrá detenerse ni un momento mientras tus ojos me tengan. Mis mejillas se encenderán y el mundo se parará. Para mí solo existirá ese momento, sólo existiremos tú y yo. Para mí, en ese momento sólo habrá un “Nosotros”, una realidad. Te juro que ese momento sería infinito si el tiempo me lo permitiese. Te doy mi palabra que ese momento, aunque sólo dure una milésima de segundo, será nuestro. De nadie más. Porque ese sentimiento será la barrera que nos separará del resto, el que logrará que todo esto cambie. Pero ese paso es tan sólo una posibilidad. Si en ese segundo en el que nuestras miradas se crucen no sientes nada, te dejaré. Simplemente te dejaré. Pero dame esa oportunidad de enamorarte. Dame una tercera oportunidad para volver a intentar decirte que todo lo que siento es de verdad. Dame un instante para demostrarte que lo esencial es invisible a los ojos.

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