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dissabte, 29 de juny del 2013

NUNCA SEREMOS PERFECTOS

Capítulo 7-Axel- Es un deber que otros aprendan


-          ¿Cómo has dejado que esa tal Melanie te pegase? Yo no la hubiese cogido del cuello sólo, yo es que a esa la mataba, tío- me dice Paula, poniendo una cara de asesina un tanto graciosa.
-          Ese tipo de personas no se merecen ni eso. No quiero desperdiciar mi tiempo con la niñata esa.
Y es verdad. No la quiero volver a ver en mi vida. No quiero pegarle, no quiero insultarle, no quiero mirarla, no quiero que viva en la misma ciudad que yo. Simplemente quiero que desaparezca de este mundo.
-          Eres demasiado bueno a veces. Yo a la tía esa no le dejaba ni un pelo en la cabeza. ¿Has visto cómo te ha dejado la oreja la zorra?
-          Ya no me duele tanto, aunque me ha ido bastante bien que nos saltásemos las clases de después del recreo. Aunque, con sangre o sin, nos la hubiésemos saltado igual.
-          Ya ves. ¿Cómo puede soportar la gente estar allí encerrada pudiendo estar libre aquí?
-          Ni idea. Son todos unos frikis.
Me acomodo en el banco en el que estamos sentados. Paula, a mi derecha, le da otra calada a su cigarro. Como la envidio. Sus padres les compran tabaco y mis padres si se enteraran de que fumo  me meterían en un reformatorio. Menos mal que ella me entiende y los comparte.
-          ¿Le puedo dar una calada?
-          Claro.- Y me pasa el cigarro.
-          Gracias.- Le doy un par de caladas y se lo devuelvo.
-          Pues yo de ti le daba un buen escarmiento a la Melanie esa- vuelve a decir.
Otra vez con ese temita. ¿No le ha quedado claro ya que no la quiero ni ver? Aunque sea para pegarle, me da igual, no y punto. No. Quiero. Verla. En. Mi. Vida.
-          Deja a la gilipollas esa ya. Ya se las verá más adelante como vaya tan chulita por la vida.
-          Sí, que para chulos ya estamos nosotros. Pero… ¿seguro que no quieres?
-          Que no, pesada.- Y acompaño la frase con una sonrisa, para que no suene tan borde, aunque en realidad sí que quiero que deje de hablar de ese tema.
-          Es que estoy deseando pegarle. Te ha dejado la oreja hecha una mierda. ¿Crees que si no hacemos algo no te lo va a volver a hacer? No, te lo volverá a hacer si a ella le da la gana. Tiene que aprender. Compréndelo, Axel, es por su bien.- Una sonrisa de complicidad le aparece en la cara.
-          Vale, si te quedas más tranquila así, le pegaremos. ¿Mañana te va bien?
-          No puedo, he quedado con Jonah para pegar a Marcos-contesta, decepcionada- Es broma. –Vuelve a sonreír.- Hace mucho que no pego al pobre chaval. Bueno, pues eso, mañana quedamos para pegar a la tonta esa.
-          Sí, pero mejor cuando salgamos del instituto, porque a la hora del patio los profesores no van a dejarnos en paz. Si estamos en la calle podemos pegarla durante horas si te parece bien.
-          Me parece genial. ¿Me acompañas a comprarme otro paquete?- sugiere, zarandeando la bolsa de tabaco vacía
-          Claro, vamos.

Pero cuando vamos a levantarnos del banco, veo como una sombra humana desaparecer tras la esquina del edificio que tenemos en frente. Corro para ver quién es el cotilla que ha estado escuchándonos, pero cuando llego ya ha desaparecido.

divendres, 28 de juny del 2013

NUNCA SEREMOS PERFECTOS

Capítulo 6-Bel- El patrón del ser humano

Estoy tirada en el suelo. No me levanto. Me duelen las costillas, me duelen las piernas, me duele la cara, me duele todo. A mi alrededor hay algunas personas que me miran, algunas divertidas y otras sin expresión alguna. Pero no hay tantas cabezas como voces escuchadas hace un rato. ¿Y dónde está Axel? ¿Por qué me ha dejado de pegar? La verdad es que es mejor así, pero no entiendo por qué se ha ido. Con tanta gente que había diciéndole que me pegara me extraña mucho que se haya sido por su propia voluntad. Giro la cabeza hacia mi izquierda y lo veo. Esta frente a un árbol. Pero… no está solo. No me refiero a la gente que está a su alrededor. No. En frente de él, entre su cuerpo y el árbol hay alguien. Apoyo los codos en el suelo y me incorporo un poco, me duele demasiado como para poder sentarme del todo. Hay una chica. ¿Será su novia? ¿Se estarán dando el lote? Fuerzo aún más la vista. Y me doy cuenta. No. No se están besando. Y si fuese su novia no creo que la hubiese cogido del cuello de esa manera. ¿La quiere ahogar? El terror que me produce pensar eso me obliga a sentarme. Al principio no me arrepiento. Pero después llega el dolor. Se extiende por todo mi cuerpo y me es difícil averiguar qué es lo que está pasando en ese árbol. La gente no se percata de mis silenciosas quejas por el dolor, pues ya no les soy de interés para ellos. Ahora están todos pendientes de lo que pasa a unos metros de mí. La suelta. Menos mal. No podía verle la cara al chico y, por lo tanto, no sabía cuánto odio mostraba su rostro ni hasta donde pensaba que podía llegar. Pero los rostros de la gente que los envolvía eran de preocupación, así que algo no muy bueno le podría haber pasado a esa chica.
La chica aterriza en el suelo, con la espalda apoyada en el árbol. Se coge el cuello y respira con exageración. Su cara muestra terror y desesperación. Abre mucho los ojos y los deja en un punto fijo. No creo que ahora mismo estén pasando muchas cosas por su mente, está demasiado aterrorizada. Y eso lo sé yo de primera mano. Ahora que puedo ver a la chica mejor, reconozco su cara. La he visto bastantes veces por los pasillos con otras chicas que se llaman Maia, Mar y Amanda. Ella se llama Melanie. Como para poder olvidarlo… Creo que es una de las mejores chicas del instituto. Descartando a las chonis (que son malas por naturaleza), muchas de las otras chicas, las que yo considero normales, tienen secretos, muchos defectos, incluso una maldad que los demás piensan que no tienen. Poca gente conoce bien a ese tipo de personas aun siendo mayoría. Y con los chicos pasa exactamente lo mismo. Pero ella no. Durante todo este tiempo que he estado observando detenidamente a ella y sus amigas, no la he visto hacer nada malo ni una sola vez. Alguna vez sí que ha discutido con alguien, pero se acababa arrepintiendo. Siempre se arrepiente. Como todo ser humano alguna vez, se arrepiente. La única diferencia es que ella siempre lo hace. Mientras los demás guardan rencor hacia un montón de cosas, ella se arrepiente y rectifica. Es impresionante la capacidad que tiene de perdonar tan fácilmente y a la vez de tener unos amigos que la quieren tanto. Eso pocas veces pasa. Todo sigue un patrón. Los fuertes se aprovechan de los débiles, los débiles se limitan a ser aprovechados. Y si algún débil se revela, es castigado y lo paga con creces. Las personas buenas siempre pierden. Y no hay tantos perdedores por eso, porque no todos los que pensamos que son buenos, lo son de verdad. Pero ella sí. Melanie se sale del patrón. Y eso siempre ha hecho que me fije más en ella, que centre mi estudio y mi proyecto en esa persona. Pero ahora, ahora que la veo en el suelo luchando por respirar, todo lo que pensaba vuelve a dar un giro radical.
-          ¿Estás bien?- Maya le tiende una mano a Melanie, ignorando a Axel y al resto de personas que observan atentamente.
La expresión de Axel es de auténtica cólera. Los ojos se le salen de sus orbitas mientras mira a Melanie, que acepta la mano de su amiga y se levanta. Maia abraza a su amiga e intenta alejarla de Axel. Los demás siguen mirando atónitos la situación. Axel no hace nada al ver que Melanie se aleja de él. Maya ha sido lista al dirigirse sólo a Melanie. Si hubiese dicho algo más o hubiese mirado donde no le correspondía todo hubiese sido diferente. Veo como los labios de Maia se mueven un poco en el cabello de su amiga, mientras se abrazan. Melanie asiente y se separa de ella. Ya está bien de nuevo. Me alegro por ella. Pero se está equivocando. Ahora mismo está cometiendo el mismo error que supongo que habrá cometido antes, aunque no sé qué ha podido pasar para que Axel la cogiera del cuello. Me tiende una mano, Melanie me tiende una mano igual que lo ha hecho su amiga, la cual la acompaña hasta mí. Maya mira hacia todos lados, posiblemente deseando irse de allí. Pero Melanie, con la expresión muy seria, no aparta su mano. La cojo. Es lo mejor. Así podrá salir de una vez de ese círculo de curiosos que se ha montado. Me levanto. Me duele mucho cuando lo hago pero me levanto.
-          Gracias- le susurro para que sólo ella pueda escucharme.
Melanie me coloca una mano en la espalda y otra en el brazo y me ayuda a caminar. Poco a poco avanzamos y cuando encontramos un hueco en el círculo nos escabullimos.
-          ¿Ahora eres amiga de la pringada?- preguntan algunos.
-          Parece que sí. Pues vaya amiga, ¿no? Si te tienes que poner una mascarilla en la boca para estar a al menos un metro de distancia- contestan otros por ella.
Melanie sigue sin decir nada. Mantiene el ceño fruncido y la expresión seria. Ahora sí que tiene que estar pensando en un millón de cosas. Pero aun así me sigue acompañando. Me lleva hasta un profesor que ya se dirigía a nosotras para ver lo que había pasado.
-          No sé lo que ha pasado, Mateo. Cuando he llegado ya estaba en el suelo.
Y se va. Me deja con el profesor de física, Mateo, y se va. Por el tono de su voz sé que está mintiendo. Y puede que él también lo sepa. Pero aun así deja que se vaya.
Mateo me ayuda a llegar hasta el edificio del instituto, pero a medio camino miro hacia atrás. Melanie se dirige hacia sus amigas, para reunirse con Maya, Amanda y… ya está. Mar no está. Es extraño. Siempre han estado muy unidas ellas dos. En realidad ellas cuatro siempre han sido un grupo inseparable.
Antes de volver la vista hacia el frente, hay otra persona que me llama la atención. Un chico con la camiseta del Barça que está solo en mitad del patio. Mira hacia algo. Sigo su mirada. Hacia Melanie. Está serio. Parece incluso enfadado. ¿Con Melanie? ¿Por qué iba a estar enfa…? En ese momento desvía la mirada hacia otro punto. Axel. Que parece que está chuleando con sus amigos y sonriendo ante el triunfo de haber pegado a dos personas en menos de media hora. El chico, que no consigo recordar su nombre, mira a Axel enfadado, más que eso incluso, con odio. Muchísimo odio. Pero no corre hacia él ni se monta otro espectáculo de puñetazos en el patio. Sólo lo mira. Una mirada intensa y enfadada. Vuelvo a girar la cara hacia el frente. Mateo me mira extrañado. Y suena el timbre que marca el final del recreo.


dijous, 27 de juny del 2013

CONCURSO LIBRO EN EL BLOG "LOCAS IMAGINACIONES"

¿Quereis ganar un fantastico libro?^^ Entrad en el blog LOCAS IMAGINACIONES http://locasimaginaciones.blogspot.com.es/2013/06/sorteo.html#more y rellenad el formulario de inscripcion. Podeis participar hasta el 15 de Julio. Se publicará el ganador en esa misma pagina. Yo ya he participado, espero que vosotros no desaprovecheis esta maginifica oportunidad :) Muchos besos!*-*

divendres, 21 de juny del 2013

NUNCA SEREMOS PERFECTOS

Capítulo 5- Sólo es ella- Axel

Estas dos horas han sido eternamente insufribles. A pesar de que toda la primera, Paula y yo, nos la hemos pasado fuera ,ya que además de llegar tarde hemos entrado gritando a lo loco en la clase, la segunda ha sido verdaderamente aburrida. Incluso ha habido un momento en el que me he arrepentido de no haberme quedado con Paula en la calle. Pero después he vuelto a recordar el porqué de que estemos aquí y me ha vuelto la sonrisa a la cara. E incluso creo que el profesor de matemáticas se ha sorprendido de que hoy no haya molestado a nadie. No he hecho nada, literal e indudablemente, pero al menos no “he sido la causa de que los demás se retrasen en el temario que estamos haciendo”. Hoy no podían castigarme. No me he tragado esa asquerosa charla sobre no sé qué de geometría para nada. Pero ha valido la pena el sacrificio. Porque si no ahora mismo no estaría aquí, aspirando el apestoso olor a bocadillo podrido del patio. Paula y yo nos paseamos entre la gente, mirando a todo el mundo con superioridad. La mayoría tiene una cara de pringao que no puede ni con ella. Es tan… patético…
Paula y yo buscamos con la mirada a Anibel. Pero antes de encontrarla a ella encontramos a Jonah y Laura. Están juntos y comentan la cara de David al ver que su madre le ha pillado haciendo campana. La verdad es que su cara ha sido todo un chiste. Buenísima, simplemente buenísima. Y hablando de David… ¿dónde está la parejita feliz? A saber dónde están y haciendo qué. La verdad es que no me extrañaría que estuviesen haciendo algo… fuera de lo común a los 13 años. Alicia es una puta y David un completo desesperado.
Por fin, mientras nos acercamos a Laura y Jonah, veo una sombra solitaria con una cabello negro y grasiento al otro lado del patio.
-          ¡Hey! ¡Allí está Anibel!- digo antes de saludarlos.
Los otros tres dirigen la mirada hacia donde señalo. Ellos la ven en seguida también. Como para no verla, con lo fea que es… Y siempre va sola. Lo que me extrañaría seria que tuviese amigos.
-          ¿Os apuntáis a burcharla?- ofrece Paula a los otros dos.
Laura y Jonah no se lo piensan dos veces.
-          ¿A esa pringá? Anda vamos que aquí hay insultos para rato… Pero mira que pelo, por Diós. ¿Qué le cuesta peinarse un poco por la mañana?
-          ¡Buah, buah! ¿Pero estais seguros que eso es humano? A ver si os va a picar el bicho ese y va a ser venenoso y todo.
Todos reímos con los comentarios de los dos, Paula con una risa ruidosa y exagerada. Yo casi lloro de la risa. Pero por Diós, ¿puede llegar alguien a ser más patético que eso?
Andamos hacia ella animados y adelantando insultos. Ella se da cuenta pronto de que estamos yendo hacia ella, pero no escapa. Tampoco le serviría de nada. Bueno, sí, para empeorar las cosas.
-          ¡Eh, tú, fea! ¡Sí, tu, la fea! ¡¿Qué otra fea va a ver por aquí?!- los gritos de Paula alarman a los curiosos, que empiezan a llegar para observar la situación.
Anibel se queda quieta. ¡QUIETA! No hace nada, no se defiende. Nada. ¿Cómo quiere que no se metan con ella? Si lo deja a huevo… 
-          Tú no te lavabas mucho, ¿no? ¡Hueles una peste increíble! ¡A ver si te lavas, guarra!- Las palabras de Jonah animan las risas de los que van llegando.
Me acerco a ella y le cojo un mechón de pelo con la yema de los dedos índice y pulgar. Me da asco.
-          Pero mira que llegas a ser guarra, eh tía.  Que pelo más asqueroso. Existe el jabón, ¿sabes?- y le propino con un empujón.
Anibel retrocede unos pasos, con una cara igual de inexpresiva que antes. En un momento se ha acumulado un numeroso grupo de gente.
-          ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!- empieza a gritar la gente, alzando los brazos.
Yo soy el que está más cerca de ella y el que le pega el puñetazo en la mejilla. Escucho las risas de Paula, Laura  y Jonah a mis espaldas y sus gritos para que siga con lo que he empezado.
Mi pie no tarda en impactar en sus partes. Ella cae y se retuerce de dolor. La primera emoción que le he visto expresar por hoy. Y no va a ser la última. Le pego patadas en la cara, en las tetas, en el culo, en las piernas, por todos lados. Su nariz empieza a sangrar. Pero eso no me detiene. Los gritos de la gente me motivan. Igual que sus gritos de dolor. Paro un segundo. Saco mi móvil y le hago una foto allí, tirada en el suelo.
-          Esto va pal Facebook- susurro mientras enfoco la cámara.
Y sigo dándole patadas. Cuando ya me he cansado, paro unos segundos para recuperar el aliento. Me agacho a su lado y le toco las tetas con un dedo, con asco. Es asqueroso. Pero les hace reír. No obstante, de un momento a otro, sin saber por qué, las risas se convierten en un extraño susurro. El dolor me invade toda la cara, comenzando por la oreja. Me la aprieto con fuerza con las dos manos ignorando la sangre que desprende.
-          Déjala ya en paz, ¿vale?
Esa voz… Esa voz me resulta muy familiar. Me doy media vuelta aún en el suelo y la miro. Melanie… ¡¿COMO SE HA ATREVIDO ESA ZORRA A TOCARME SIQUIERA?! Olvido el dolor. La ira es más fuerte ahora. Me levanto con rapidez, sin darle oportunidad a que reaccione. La cojo del cuello y la empujo sin soltarla, hacia un árbol donde la apoyo y le pego un puñetazo en la cara. A ella también le comienza a salir sangre por la nariz. Me acerco a su oído y le susurro con sinceridad y rabia a la vez.
-          Ya te lo avisé cuando acabamos el cole el año pasado. Ignórame. Nunca me has conocido. Eres una puta zorra a la que no quiero volver a ver en mi vida, ¿te queda claro?- no la dejo responder, aunque dudo que hubiese podido- Parece que no. Pues la próxima vez no va a ser una simple amenaza. Aunque tal vez no haya próxima vez.





NUNCA SEREMOS PERFECTOS

Capitulo 4- La verdad sobre él, una mentira para mí - Melanie

Los pasillos están casi vacíos, y eso le da razones para ir tan rápido como va. Prácticamente, corre. Me cuesta seguirlo, pues no quiero empezar a correr porque los profesores que todavía vigilan los pasillos podrían pararme para hablar conmigo sobre las normas. Y no es plan que justo hoy, un día tan importante, sea la primera vez que lo hagan. Camino aún más deprisa cuando veo que está a punto de llegar a su clase. Está en la puerta y su mano se dirige al pomo. Alargo la mía para cogerle por el hombro y detener su movimiento. Pero cuando va a abrir la puerta, cuando mis dedos rozan su camiseta, se gira bruscamente y su mano impacta en mi cara. Mis pies se enredan entre sí y mis manos hacen un baile extraño que incluso da miedo. Su cara está borrosa ahora mismo. No sé si es de preocupación o de máxima felicidad. Cierro los ojos y espero a caer. Y caigo, de culo. Intento no emitir ningún sonido de dolor, aunque me den pinchazos agudos en el trasero.
-          ¿Estás bien?- me pregunta Alex desde arriba.
Ni siquiera me ofrece la mano para ayudarme a levantarme. Se queda ahí, mirándome con una cara de preocupación posiblemente fingida. Ni siquiera se disculpa. ¡Tendrá morro! Ha sido él el que me ha tirado y ni se molesta por parecer arrepentido.
-          Sí, más o menos- le respondo, intentando hacer desaparecer la cara de dolor y levantándome con dificultad.
Nos quedamos unos segundos mirándonos. Noto como mis mejillas empiezan a ponerse coloradas y decido que esta situación tiene que acabarse ya.
-          Eh… Emm… Esto… Si-siento no haberte saludado antes. Es que… es que… Bueno, eso, lo siento.
A pesar de que haya sido grosero conmigo estos últimos segundos, necesito intentarlo. Y, además, tampoco me he portado yo muy bien con él al no saludarlo antes. Así que ya estamos igualados. Intento mirarlo a los ojos. Pero no puedo. Alex no es que sea muy guapo, y es de mi misma estatura. Pero aun así no logro controlar mis nervios.
-          No pasa nada. No tiene importancia. La verdad es que me da igual si me saludas o no. Me es totalmente indiferente.
Me quedo paralizada. No parece él… O tal vez él es así y en las redes sociales intente esconderlo. No me muevo. Ni siquiera reacciono. Y no es por el significado de sus palabras, sino por el tono que ha utilizado al decirlas. Su voz suena seca, monótona. Ahora mismo no expresa ninguna emoción, y eso es, tal vez, lo que me causa más dolor. Pero ahora lo sé, ahora mis pensamientos se han ordenado y ya no tengo ninguna duda.
-          Ah, bueno, si solo era para que no hubiera confusiones. No me gusta que la gente piense que soy de una manera que en realidad no soy. Todo arreglado, entonces. Así que, adiós.-Intento ser natural y que este encuentro parezca casual.
Me giro sin volver la vista hacia él una última vez. Antes de que haya dado la media vuelta él ya ha entrado en su clase. Me alejo de allí sabiendo que lo he perdido. Antes creía que a lo mejor tenía alguna posibilidad. No nos conocíamos mucho y era siempre él el que empezaba cada conversación por el Facebook. Era simpático y muy atento. Siempre me dejaba hablar sobre lo que me preocupaba o lo que me había pasado, y él se limitaba a escuchar y a intentar que se solucionasen mis problemas. Pero ya está, nunca fue nada. Lo he perdido. Pero… ¿acaso lo he tenido alguna vez? Y, además, si esta es su verdadera personalidad, no lo quiero volver a ver en mi vida. Aunque a veces las casualidades no son casualidades, sino una puñalada por la espalda que te da el destino.
Cuando estoy a punto de llegar a mi clase veo correr a dos personas hacia mí. Axel y Paula. Un futuro cani y una futura choni (si es que no lo son ya), como llamo yo a la gente como ellos.
-          ¡Anibel! ¡¿Dónde estás?! Te estamos buscando…- grita la chica, alegre, mientras el chico le ríe las tonterías.
Pobre chica. Y encima es dos años mayor que ellos. No sé cómo no logra defenderse, si encima les saca una cabeza y media. Pero claro, sola como está… Es triste.

Me paro ante la puerta de mi clase para ver hacia donde se dirigen. Aunque en seguida me doy cuenta de que he escogido la opción incorrecta. La mano de Axel me golpea la cabeza con fuerza y me despeina. No le digo nada. Sería peor. Y más si le sumamos el cómo acabó nuestra amistad y todas las amenazas de aquella tarde en la que primaria acabó y el verano comenzó…

divendres, 7 de juny del 2013

NUNCA SEREMOS PERFECTOS

Capítulo 3- Si tienes, voy- Axel

-          ¿Son Adidas verdaderas?- Paula me mira las bambas, curiosa.
-          Pues claro que sí- le respondo yo, con total seguridad y un poco ofendido.
Paula sonríe, aunque no entiendo la duda. ¿Cómo puede preguntar una cosa así? ¿Qué se cree, que voy a llevar unas Adidas falsas? Para eso, ni me las compro…
-          Están guapas, eh. ¿Dónde te las has comprado?- vuelve a preguntar, sonriendo al ver las bambas una segunda vez.
-          En el centro- miento.
En realidad me las he comprado en una tienda de un barrio cercano, pero decir que me las he comprado en una tiene del centro suena más moderno y de más calidad.
Paula se pone bien su gorra y me pasa un brazo por el hombro.
-          ¿Nos sentamos un rato en ese banco?- dice dirigiéndome a él sin darme opción de responder.
-          ¿Y el instituto?- le pregunto, sin mucha importancia y con un toque de picardía en los ojos.
Los dos sonreímos y rompemos a carcajadas.
-          El instituto…- susurra Paula secándose las lágrimas. Cuando acaba de reírse por completo sigue hablando.- Hoy faltamos en honor a tus bambas. Y por el examen de sociales- añade con una sonrisa y colocándose la gorra de lado.
-          ¡Venga va, foto y para el face que va!- exclamo yo, animado y sacándole el móvil a Paula del bolsillo del pantalón.
Los dos posamos sacando la lengua y haciendo el ganso. En la siguiente, alzamos las cejas, ponemos cara de asco y cerramos los ojos. Después de verlas y dar nuestra aprobación, las colgamos en Facebook.
«Por la mañana en el insti! Tequiero Pitufo<3   23∞»
El estado de la foto lo pone Paula, ya que es con su móvil con el que nos la hemos hecho. Entro en Facebook lo más deprisa que puedo para comentar.
«Nuestras mañanas en el insti son las mejores ehh Pituu*-* Tequiero!<3  23∞»
No mucho más tarde empiezan a aparecer los nuevos comentarios de los demás. Como siempre, la gente nos apoya.
«Uee ¡Que cracks! ¡Me apunto! No os mováis de allí que voy para allá»Comenta David.
«¿Donde estais? ¡Me acoplo! ¡Si me pierdo el insti voy segurisimoo!» Va detrás Jonah.
«Pff, cuanto os envidioL Mi madre me pilló la semana pasada haciendo campana y ahora me acompaña todos los días al insti. No os riais, ya es suficiente humillación para mí. Ojalá os pillen a vosotros también y nos unimos todos :D Nahh, es broma. Ah, y Jonah, están en frente de la casa de Axel»- bromea Laura.
«¡Buah, voy pero ya! Mis padres están durmiendo así que aquí no se entera ni Diós»- informa Mario.
«¡Sois los putos amos! ¡Voy para allí!»- Acaba diciendo Alicia.
Y ahí acaban los comentarios. Parecen pocos pero nos vamos a ajuntar una buena peña. Este va a ser un día grande. Y encima viene Alicia, la oportunidad perfecta.
-          Viene Mario, Jonah, David y Alicia- informo a Paula.
-          Huy, Alicia eh…- Arrastra las últimas palabras y me guiña un ojo.
-          Sí, y creo que hoy es el día perfecto para pedirle salir.
-          ¿Pedirle salir? No hace falta ni que se lo preguntes. Está claro que te va a decir que sí. Tú plántate delante de ella y dale un morreo.
Dudo un poco. Está claro que yo beso muy bien. ¿Pero seguro que a Alicia le sentará bien que la bese sin más? Y más teniendo novio… A lo mejor se enfada conmigo… Tal vez… Da igual. Sin arriesgar no se gana nada. Yo se lo doy y punto. Además, ¿quién me va a decir a mí que no?
-          Es una buena idea. Sí, lo haré- digo, convenciéndome así de ello.
Después de 5 minutos ya no estamos solos, sino que somos dos más. Y un par de minutos más tarde, llegan los dos que quedan: Alicia y David. No sé si es buena idea que bese a Alicia delante de David, su novio. Pero como ya decía antes, quien no arriesga no gana.
Así que cuando están a cinco metros de distancia, me acerco a ellos. David y Alicia van cogidos de la mano. Y ella le sonríe a él. Hacen buena pareja. Y se quieren. ¿Qué pensará David cuando vea que su novia me prefiere a mí después de besarla? Tengo ganas de verle la cara. Tiene que ser todo un espectáculo.
Estoy a tan sólo un metro de Alicia. Empiezo a subir las manos y, cuando estoy a apenas diez centímetros de ella le cojo la cara y pongo mi boca sobre la suya. Nuestros labios se mueven a la vez. Nuestras lenguas se tocan. Dentro de mí mil mariposas no me dejan en paz. Y nuestro beso es intenso, tan intenso que no puedo evitar separar un poco nuestros labios para suspirar en medio del beso. ¿Lo único malo? Que tan sólo dura quince segundos. Después de ese lio de sensaciones (todas buenas) el puño de David impacta en mi mejilla y nuestros labios se separan con brusquedad.
-          ¿Qué crees que estás haciendo, gilipollas?- me grita David cuando ya he caído al suelo.
Me da patadas y me pisa. Me insulta y me escupe. Espero a que Alicia me ayude y se ponga de mi parte. Nuestro beso ha sido demasiado bonito. Pero ella nunca llega. Sólo su voz.
-          Que sepas que yo estoy con David, ¿te queda claro?- en su voz percibo asco.
Y en ella percibo falsedad. ¿Después de besarme así va y me dice que está con David? Y él lo ha visto todo. Aunque no me extraña que no la deje. Es la chica más guapa del instituto. Pelo rubio liso y largo, y ojos verdes. Ni bajita ni alta. Está buenísima. Yo, si estuviera con ella tampoco la dejaría.
Los golpes de David no paran. Escucho la voz de Paula que se acerca para ayudarme.
-          ¡Párate ya, tío! ¿No ves que le estás haciendo daño? ¡Que tampoco ha sido para tanto!- Le coge de los brazo y lo echa para atrás para que no pueda pegarme más.
Pero David vuelve a hablar, esta vez con más rabia y más fuerza por culpa del comentario de Paula.
-          ¿Qué no es para tanto? ¡Ese gilipollas ha besado a mi novia! ¡TE JURO QUE LO MATO, EH! ¡SUELTAME!- La fuerza de David supera la de Paula y rápidamente éste se escapa de los brazos de ella.
Jonah y Mario ven la situación unos metros más allá, entre risas. Capullos… Ya podrían venir a ayudarme… Me levanto con dificultad. Ese capullo se ha pasado demasiado. Sólo he besado a su novia. Y la verdad ella no ha estado muy molesta durante el beso.
-          ¿Eres idiota o qué?- le suelto acercándome a él.
David no me responde. Viene corriendo hacia mí y con el puño en alto. Pero a medio camino se detiene, helado.
-          ¿David? ¿Qué haces aquí? ¡PARA EL INSTITUTO AHORA MISMO!- grita la madre de David a unos 10 metros de distancia.
Todos nos quedamos quietos. Su madre conoce a todas las nuestras. Me pongo la capucha y salgo a correr con Paula.
-          ¿A dónde vamos ahora?- pregunta Paula mientras corremos.
-          Al instituto- respondo yo entre jadeos.
-          ¿Al instituto? No apetece… -Resopla.
-          ¿Qué no apetece? Pues yo estoy deseando meterme con la Anibel esa de tercero.

A Paula se le cambia la cara y sonríe con complicidad.