Capítulo 21- Melanie- El silencio de las casualidades
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Me caí mientras iba para casa, y como tenía las
manos en los bolsillos amortigüé el golpe con la cara. Eso es lo que ha pasado.
Quería curarme las heridas y maquillarme un poco antes de venir, pero con toda
esta mierda no me ha dado tiempo, ¿de acuerdo?
Max se queda paralizado. Mi
hermana nos mira, sin saber que decir y en medio de una conversación en
tensión.
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Ah, bueno- dice al fin Max con un tembleque en
la voz, nervioso y mirando hacia la mesa-, pensaba que tenías algún problema
con algún compañero de clase y…
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Que vas a saber tú de mí.-Y entonces sí que me
mira, con los ojos llorosos y con una cara de cachorrito que enmudecería a
cualquiera, pero no a mí ahora- No me conoces. Si lo hicieras sabrías que tengo
unas amigas geniales, y que nos apoyamos mutuamente. Si me conocieras tan sólo
un poco sabrías que a mí eso de meterme en la vida de la gente sólo para joder
no me va. Así que no inventes hipótesis si no sabes nada.
Cuando acabo de hablar deja de
mirarme. Se mira sus pantalones, aunque no los ve, tan sólo piensa. Aprieta los
labios y apoya los codos en la silla para entrelazar sus dos manos. En ese
momento en el que está distraído, aprovecho para preguntarle a mi hermana:
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¿Has traído tu maquillaje?- aunque sé que es una
pregunta estúpida, la respuesta es más que evidente.
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Claro.- Y saca un estuche de pinturas de su
mini-bolso.- Ten.
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Gracias.- Le sonrío.
Lo cojo y me levanto de la
silla de nuevo. Ahora esquivar a la gente es más fácil, pues ya me he
acostumbrado un poco. Entro al pasillo que da a los lavabos y prácticamente
corro por él hasta llegar al baño de señoras. Abro la puerta y enciendo el
grifo de inmediato. Me lavo la cara y después las heridas por separado. No sé
si será bueno echarme maquillaje sobre ellas ahora que no están ni curadas ni
nada. Pero no tengo otra opción si no quiero que Max siga sospechando. Es
increíble cómo ha averiguado lo que pasa en realidad. Menos mal que le he
quitado esa idea de la cabeza de inmediato al capullo ese.
Cuando me toco las heridas me
duelen, todavía no han cicatrizado y están al rojo vivo, así que echarme
maquillaje en ellas será difícil. Aun así abro el estuche de mi hermana y
empiezo a sacar todo lo que tiene ahí. Me quedo impresionada al ver que tiene
mejor maquillaje que yo. Bueno, contando con que yo no tengo casi maquillaje,
tan sólo rímel y lápiz de ojos que nunca lo utilizo, no es muy difícil tener
mejor maquillaje que yo.
Cojo un poco de base y me echo
por toda la cara. Después… ¿Qué hago después? Joder, no sé nada sobre esto…
Cojo todas las cosas y me siento con ellas en el suelo. Pienso en silencio.
¿Qué sería lo mejor para tapar las heridas? Buf… Ni idea.
Alguien abre la puerta. Al
verme, vuelve a cerrarla y se va. ¿Qué habrá pensado de mí? Bueno, eso ahora me
importa poco. Ahora mismo sólo necesito…
Se abre la puerta que da al
váter. ¿Había alguien ahí dentro? Pero…
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¿Bel?-Abro mucho los ojos, impactada al ver el
poder que tienen las casualidades.
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¿Melanie?- susurra ella, igual de impresionada
que yo.
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